viernes, 24 de noviembre de 2017

RESEÑA (by MB) ::: MIL VIAJES A ÍTACA - Ana Capsir Brasas





Título original: Mil viajes a Ítaca: una visión personal sobre Grecia 
Autora: Ana Capsir Brasas 
Editorial: Casiopea
Páginas: 439
Fecha de publicación: junio 2017
Encuadernación: rústica con solapas
Precio: 20 euros 
Diseño de cubierta: MarianaEguaras.com
Pocos destinos provocan tantas sensaciones como Grecia. La Grecia de la literatura, contada por autores como Gerald Durrell o Henry Miller. La Grecia del pensamiento, de la filosofía… La Grecia clásica, y también la Grecia cotidiana, protagonizada por el Mediterráneo, la luz del sol, los pozos blancos, las olivas, el ouzo, las playas recoletas. La Grecia mitológica que nos lleva a viajar al laberinto del Minotauro y a la bella Ariadna, la Grecia intemporal, en la que la vida transcurre a un ritmo que parece detenido.

En palabras de la autora: Este es un relato de un viaje nostálgico. Con la pura esencia griega de los “nostos” las aventuras de un retorno marítimo en una nave no totalmente física sino también del espíritu y del crecimiento interior, la transformación antes de volver a casa.

Como en la Odisea, el que partió y el que llegó tras sucesivos naufragios y desembarcos en orillas desconocidas, no es el mismo.

Mil viajes a Ítaca es el canto de sirena que durante 25 años ha interpretado Ana Capsir en sus mil viajes de ida y vuelta por las islas griegas. Todos sus cánticos son la plasmación de sus recuerdos, remembranzas y sentimientos que, regados por el sol y el mar griegos, le hacen sentir una nostalgia infinita... esa sensación de pérdida que sentimos cuando abandonamos un lugar amado.

Así, vemos y percibimos en cada relato todo el amor que siente por esas islas, esa curiosidad infinita que le hace percibir todos los detalles y las distintas luces que bañan esas tierras (luces de la mañana, los atardeceres, el sol radiante)... Todo nos lo describe con un lenguaje tecnicolor y los diferentes azules y blancos que representan a Grecia impregnan su narración, pero estos relatos no son solo descripciones de paisajes y retratos detallados de lugares, sino que, a cada uno ellos, Ana Capsir le añade todos los sentimientos que han posibilitado y facilitado el amor que siente por esas islas.

Veinticinco años son muchos años recorriendo y descubriendo lugares y sitios (algunos con mayor o menor suerte) donde para bien, o no tanto, el turismo ha influenciado en sus gentes y remodelado las costumbres y su manera de enfrentarse a sus vidas. La autora, con sus ojos curiosos, participa de esta evolución: de alguna manera nos cuenta cómo algunas gentes se sienten invadidas y se vuelven hurañas y, sin embargo, con las mejores de sus sonrisas, otras intentan atraer o atrapar a esa marabunta  moderna cargada de monedas que representan esperanza para algunos y desesperanza para otros. 

Ana Capsir, a través de sus conversaciones con las diferentes gentes en las distintas islas, observa, ve y sobre todo siente todas esas impresiones, pues 25 años son muchos años para no dejarse llevar por algún tipo de sentimiento. En este caso se percibe su amor por todas las islas, incluso las que a priori parecen más antipáticas, y al final, de su relato sientes la empatía que la autora ha experimentado por esas personas, compartiendo con ellas sus argumentos y, de alguna manera, justificando sus actuaciones.

También es verdad que, cuando nos acunamos en el sentimiento y la nostalgia, nuestras remembranzas siempre son percibidas de la manera más positiva: aquella comida me supo mejor, el azul era más azul, el sol brillaba más esplendoroso... se potencian los sentimientos y los recuerdos a todos los niveles, y esto es lo que se percibe en todos los relatos. En cada uno de ellos vemos plasmados esos recuerdos, que se retroalimentan de sentimientos y sensaciones. Si los calamares de antaño no se saborean igual que los de ahora tal vez sea porque los que comí hace años los cocinaba mi madre, y entre todos los ingredientes hay uno que es insustituible e imposible de encapsular y comercializar: su amor. Pero, siendo un poco pragmática, creo que los sabores de ahora y los de antes no son tan distintos, si no que simplemente los recuerdos que acompañan a esos platos, si son buenos, los potencian y los enriquecen.

Al igual que con los sabores, se percibe en sus relatos cómo las diferentes islas han ido adaptándose a los tiempos, y cómo la autora ha percibido, unas veces para bien y otras no tanto, esta evolución natural y eterna que es el paso del tiempo, y que solo a través de la nostalgia, con su apego intrínseco, de alguna manera queremos detener.

Mil viajes a Ítaca son los viajes que Ana Capsir realiza a sus recuerdos, en este caso los fabricados en sus viajes a la islas griegas. Con un lenguaje poético, nos los describe un tanto inconexos (al igual que sucede con los recuerdos, el subconsciente parece que los aflora caprichosamente). Así, en la compilación que hace de todos ellos no hay un hilo cronológico; podemos pasar de una década a otra guiados simplemente a través de los recuerdos que le surgen a la autora. También vemos que no hay una planificación de los viajes, pues estos se describen de igual manera que sus recuerdos: aleatoriamente.

Por esta razón, con los primeros relatos puedes sentirte un poco perdido, pues crees que solo estás leyendo un libro de viajes donde vas a encontrar una fecha, un lugar o un restaurante. Pero, conforme te vas adaptando a la lectura y empiezas a empatizar con la autora, ves que además de invitarte a sus viajes, te hace partícipe de todas sus experiencias, de sus impresiones, de los lugares y las gentes que calaron en su vida, haciéndole peregrinar por todas las islas hasta llegar a su Ítaca particular, su casa en Evgiros, para así poder enraizarse con todo lo anterior y posibilitar la fabricación de nuevas remembranzas y nuevos recuerdos.

Realmente es un libro muy curioso y lleno de detalles donde la autora, además de relatarnos sus viajes describiendo gentes y lugares, te abre su corazón y comparte con los lectores sus experiencias enriquecidas de sabores, sensaciones y sentimientos.


Ana Capsir Brasas, nacida en Valencia en 1959. Bióloga y Patrona de Altura de la Marina Mercante. Tras 7 años en el CSIC, trabajando en bioquímica vegetal, dio un giro para dedicarse al mundo del chárter, la enseñanza y los servicios náuticos de forma profesional. 
Participó en "Al filo de lo imposible" a bordo de su propio velero, "La Maga Azul". Colabora con revistas náuticas y con el Huffington Post. Desde 2010 escribe en su blog, “Navegando por Grecia”, donde vuelca sus vivencias en el país que le ha atrapado en los últimos 25 años. 
En este, su primer libro, se adentra en sus sensaciones con un estilo intimista.

17 comentarios:

  1. Con este a pesar de vuestras buenas impresiones no me termino de animar por lo liada que estoy.
    Besos

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  2. No la veo para mí, aunque parece una propuesta muy interesante.
    besos.

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  3. ¡Hola Miss B!

    Lo había visto en otra ocasión y me resultó curioso, más que nada me atrajo el título, curioso y evocador...mira lo que te digo, me lo llevo anotado, lecturas distintas vienen bien de vez en cuando.

    Un besito.

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  4. Me suelen gustar los libros que te ayudan a viajar tanto como quieres y que en la realidad no puedes. Grecia y sus islas es un lugar que nunca me ha atraído especialmente pero tampoco me niego, que donde me menos te lo esperas...
    Me preocupa un poco la paciencia necesaria para transitar esos primeros relatos o inicios que dejan un poco de sensación de revista de viajes por si me rindo antes de tiempo. Pero confió en la palabra Netherfield.
    Besos

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  5. Aunque no me gustan mucho los relatos, me parece un libro interesante porque el costillo y yo pretendemos hacer un viaje por esta zona del planeta. Besos

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  6. Me ha gustado mucho lo que contáis, no conocía el libro de hecho, pero he leído uno hace poco de viajes por Andalucía, y no era lo que me esperaba. Así que no me animo.
    Besos.

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  7. Hola guapa, la portada es maravillosa, y tu reseña invita a leerlo, pero en esta ocasión lo dejo pasar... no me llama tanto como para hacerle un hueco entre tantas lecturas pendientes... y mira que me encanta Grecia... pero...
    Un besazo

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  8. No termina de llamarme en esta ocasión, y con tanto pendiente, prefiero dejarlo pasar.
    Besotes!!!

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  9. Lo veo un libro precioso para alguien que conozca esa zona y pueda comparar con sus propias sensaciones, o bien con alguien que viaje allí en breve...pero yo por el momento no me animo.

    Besitos

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  10. Aunque Grecia me gusta mucho, en estos momentos el libro no termina de llamarme, así que lo dejo pasar. Besinos.

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  11. hola! muy interesante tu propuesta que ya atrapamos! gracias, saludosbuhos

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  12. Me parece un libro diferente y que seguro será muy interesante pero no lo veo lectura para mí
    Besos

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  13. No me animo con este libro, tengo la sensación que no conseguiría conectar ni disfrutarlo.
    Un beso ;)

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  14. He visto alguna reseña y no lo descarto más adelante. Un besote!

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  15. Me tocó en un sorteo un ejemplar de este libro de viajes. Veo que es una lectura entretenida. Besos.

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  16. Hola, MB:

    La verdad es que este título de Ediciones Casiopea no es el que más me llama la atención, pero tengo pendiente "Eres la luz de mis ojos". Creo que es más tipo novela. ¿Lo has leído?

    Un saludo imaginativo...

    Patt

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  17. Pues no me termina de llamar la atención la verdad, no es mi estilo, yo soy más de novela narrativa y este me parece demasiado intimista y descriptivo para mí. Va a ser que no me lo apunto :/

    Un saludo,
    Laura.

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